lunes, 18 de junio de 2018

Frankenstein resuturado


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Hace algunos años, tuve la ocasión de leer la magnífica novela de Mary Shelley: Frankenstein. Puedo asegurar que me gustó. Pero, influida por el cine en blanco y negro y por ese monstruo de cabeza plana y tornillos en el cuello, solo ví, una ficción muy bien escrita.

Con motivo del segundo centenario del nacimiento oficial de  esta criatura, y  en homenaje a su autora, se ha editado un nuevo libro con el título, “Frankenstein resuturado”. Nos exhorta a pensar cuál sería el periplo de este engendro si hubiese vivido las veinte décadas desde su nacimiento oficial hasta hoy.
 
Frankenstein, igual que el ser humano, es creado sin pedir venir al mundo. Su cerebro, inmaculado, tiene que empezar a ocuparse. Su primer  sentimiento es, como el hombre: ser querido, acariciado, no repudiado ante ninguna merma física.

Como he dicho antes carece de toda gracia; es rechazado por su propio creador, y a pesar de ese desprecio, él, quiere amar; ser admitido en la sociedad, poder disfrutar del afecto humano.

Al verse marginado, llora, lamenta ser creado, se retuerce de dolor y comienza odiar, a maquinar cómo puede devolver tanta deshonra; y mata: mata, sin compasión, en un arranque de ira y rencor, hacia aquel que lo ha creado y hacia todo lo creado. Piensa, como dice Julio César Iglesias en su relato  ”Al final del paraíso”, que, si no puede desaparecer de los sueños de los hombres, los hombres compartirán sus pesadillas.

Y en efecto: los hombres las compartimos. Compartimos: el odio, la sed de venganza, la guerra, el hambre, la violación y asesinato de mujeres y niños, la pederastia, la pornografía, la droga, el comercio de armas y un largo fluir de pateras vagando sin rumbo hacia  lo desconocido… como él.

El monstruo Frankenstein, sigue con nosotros. Y sigue la ambición de poder, de tantos Victor Frankenstein, que, poseídos de ese poder, arrastran a la muerte, la ruina y la desolación.

Mientras que ese monstruo siga errante y no haya quien lo detenga, seguirá la destrucción y la muerte por muchas más décadas; la soledad será mucho mayor, su periplo podrá ser eterno, y nunca habrá final.

Maruja

1 comentario:

Unknown dijo...

Creo que en tu comentario has conseguido plasmar la esencia del del relato. Me resultó interesante y útil ya que no pude asistir a esta reunión.Muy bien planteado!!

Aprovecho para incluir una sugerencia para el próximo curso:
Que os perece alguna lectura relacionada con la cultura egipcia??

FELIZ VERANO!!