domingo, 1 de febrero de 2015

El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati


El desierto de los tártaros
 
 
Publicada en 1940, esta devastadora novela, la más conocida de su autor, aborda los temas de la postergación, la espera, el acomodarse, la pasividad ante una vida que transcurre demasiado rápido.
 
El Tempus fugit, de Virgilio, y el Carpe diem de Horacio, han sido tópicos recurrentes en la Literatura, señal de que son temas que, desde siempre, han preocupado al Hombre. Por eso son tan universales, porque todos tenemos esa sensación de que los años vuelan, de que cada vez pasan más deprisa, y la preocupación de si estaremos sabiendo aprovechar este tiempo que se nos ha dado.
 
Es duro leer esta novela, llega a doler. Nadie quiere que su vida sea un desierto inútil y yermo, como lo es la existencia de los militares en la Fortaleza Bastiani: una sucesión de días iguales y rutinarios, esperando pasivamente un acontecimiento que dé sentido a tanta espera.
 
Para escapar a la desolación de esta novela, nada mejor que recordar los maravillosos versos de Walt Whitman:
 

CARPE DIEM
 
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:
los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...