lunes, 10 de noviembre de 2014

Moby Dick, de Herman Melville

 


 

Moby Dick Publicada en 1851, Moby Dick supuso un fracaso comercial para su autor, aunque, con el correr del tiempo, fuese reconocida como una gran novela y hoy en día se haya convertido en un clásico de la Literatura Universal. Faulkner, nada menos, dijo de ella que era la novela que le hubiera gustado escribir.
 
Quizá contribuyera a su fracaso inicial el hecho de que el autor quiso plasmar en ella, además de la historia del capitán Ahab, todos sus conocimientos sobre las ballenas. De esta forma, numerosos capítulos del libro conforman un auténtico tratado sobre Cetología y sobre la caza y aprovechamiento de estos animales. Sin duda son capítulos en los que se cuentan cosas interesantes pero no son absolutamente necesarios para el desarrollo de la historia y, en consecuencia, ralentizan la acción.
 

Moby-Dick (Ilustración)
Se ha discutido mucho sobre el simbolismo en Moby Dick. Y eso, a pesar de que Melville advierte claramente en su novela de que no debe tomarse como una alegoría. Sin embargo, ¿puede leerse esta novela simplemente como una aventura en el mar?… parece claro que no.
 
Caben muchas interpretaciones de lo que simbolizan Moby Dick, la monomanía de Ahab, la tragedia de los marineros del Pequod, las fuerzas de la naturaleza, el mar… Es lo que tienen las grandes obras, que admiten muchas lecturas y no se agotan al pasar la última página.
 
Mañana, en la tertulia, desmenuzaremos a Moby Dick… ¡si se deja! ;-)