martes, 22 de mayo de 2012

El amor, las mujeres y la vida, de Mario Benedetti

 

Mass media

De los medios de comunicación
en este mundo tan codificado
con internet y otras navegaciones
yo sigo prefiriendo
el viejo beso artesanal
que desde siempre comunica tanto.

 

Hoy, en La Tertulia, leeremos y comentaremos poemas de Mario Benedetti. ¡Casi nada!

-> Mario Benedetti en la Wikipedia

-> Algunos poemas de Benedetti en Amediavoz

 

No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.


Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás solo, porque yo te quiero.

lunes, 7 de mayo de 2012

Sunset Park, de Paul Auster


Sunset Park (Portada) En el club volvemos, una vez más, a Paul Auster, uno de los escritores que más hemos leído. La última ocasión, fue su novela Invisible, hace un par de años, y sospecho que la opinión con respecto a Sunset Park no va a diferir mucho de la de la anterior novela: “Paul Auster escribe bien, pero…”.
Pero, -diría yo-, no puedo evitar pensar que Auster deja pasar la oportunidad de escribir una mejor novela (el comienzo parecía prometedor).

Pero… da la sensación de no tener clara la historia en su cabeza antes de escribirla, y de improvisar un final precipitado.

Pero… quien mucho abarca, poco aprieta, y quizá Auster introduce demasiados elementos en su novela. Algo así dice esta crítica, y yo estoy de acuerdo. Extraigo este fragmento:

“Y así –consciente o inconscientemente– una novela protagonizada por un grupo de okupas acaba siendo una novela demasiado okupada y de una hospitalidad de puertas abiertas que bordea lo patológico. Hay lugar para todo y todos en esa casa tomada: la invocación al ya mencionado Francis Scott Fitzgerald, la actual crisis económica, múltiples disquisiciones sobre el film Los mejores años de nuestra vida de William Wyler, las acciones benéficas y humanitarias del PEN Club (con reciente Premio Nobel de la Paz incluido), el recuerdo a varios mitos secretos del béisbol, un nuevo enfoque sobre Matar a un ruiseñor, la persecución fundamentalista a Salman Rushdie, la puesta en escena de Días felices de Samuel Beckett, el crepúsculo de las pequeñas editoriales, Irak en la tan cercana distancia, más de un destello que suena a autobiografía en código... Demasiado peso para una estructura tan débil mientras el lector sospecha que Auster fue erigiendo el libro sin un plano previo y que, al final, resultó que el exceso de mobiliario y cariátides acabaron hundiendo el suelo y desprendiendo la fachada.”

Aun así, no se abandona fácilmente un libro de Paul Auster, porque siempre encuentras párrafos, personajes o hallazgos interesantes.

Sunset Park en Brooklyn Sunset Park se desarrolla en los años 2008 y 2009, con la crisis económica como telón de fondo. De hecho, lo primero que sabemos en la novela es que el protagonista, Miles Heller, trabaja limpiando las casas que los bancos han expropiado porque sus dueños no han podido pagar la hipoteca.

La novela habla del desencanto de la juventud ante una sociedad que les ofrece pocas oportunidades. Habla también del sentimiento de culpa, del azar, de las casualidades que nos cambian la vida, de las heridas que recibimos mientras vivimos y nos van haciendo madurar como personas.