miércoles, 10 de julio de 2013

Ulises, tienes un e-mail

 

El pasado 11 de junio, nuestro club puso fin a un año más de lecturas y tertulias.

Cada año, celebramos el final de curso con alguna actividad distinta. Hemos compartido relatos de lectores, hemos leído obras de teatro, repartiéndonos los personajes… ¿Os acordáis del genial D. Mendo que nos hizo Ángel?, ¿o de Luces de Bohemia?. Cada año ha sido algo diferente, pero con una cosa en común: siempre nos ha dejado un grato sabor de boca esa última reunión. Y con ganas de que llegue septiembre para reanudar las tertulias.

En esta ocasión, no ha sido menos. Se trataba de que los lectores escribiesen una carta a algún personaje de los libros que hemos leído este año. Una carta personal. Ulises, tienes un e-mail, lo llamó Juan Manuel ;-).

Lo que no sabíamos es que, en la reunión, nos esperaba una sorpresa: había contestación a esas cartas. La respuesta la había escrito, en nombre de cada personaje, la persona que había coordinado el libro en cuestión. Salvo algunas excepciones: Luis Leante, autor de Cárceles imaginarias, y Rubén Martín, autor de El minuto interior, habían enviado las respuestas de sus personajes. También nos envió la respuesta al personaje de Carmina, el actor y director de teatro Paco Redondo, que nos acompañó en la tertulia de Historia de una escalera. Fue todo un detalle por parte de los tres, y desde el Club La Tertulia queremos agradecérselo.

Creemos que merece la pena que queden publicadas en nuestro blog tanto las cartas como las respuestas. Desde luego, se llevó la palma Subhro, el cornaca de El viaje del elefante: nada menos que tres cartas recibió.

¡Qué las disfrutéis y… felices lecturas de verano!


Carta a CARLOTA RIGUAL (Cárceles imaginarias, de Luis Leante)
Remitente: María Martínez Segura

Carlota Rigual - Cárceles imaginariasQuerida Carlota:

Ayer supe de tu estado de salud. No me lo quería creer. Supe que fuiste torturada en la cárcel de Montjuic. Que nada tuviste que ver con aquel atentado en Barcelona, el día del Corpus. Que eras inocente. Y he llorado de rabia por tu sufrimiento.

¿Por qué te uniste a aquel hombre de ideas anarquistas? ¿Qué te hizo cambiar? ¿Por qué dejaste la música…? ¡Fuiste una gran virtuosa en el piano! ¡Qué orgullosos estaban tus padres! Aún recuerdo tu debut en El Liceo. ¡Cómo llenabas teatros!

No me atrevo a ir a verte. Saber que has perdido la razón, que el perfume de las rosas blancas que tanto amabas, ya no te inspira, que no me vas a conocer, que en tu mente se ha acoplado la noche, que sólo hay niebla en tu nueva cárcel del olvido, que el fanal de luz que te alumbraba a la hora de interpretar, se ha apagado, me duele y me agita.

No puedo, querida Carlota, no puedo ir a verte. Quiero recordarte llena de vida moviendo tus dedos sobre el teclado con ligereza; haciendo vibrar a toda una sala, enardecida, entre aplausos y bravos: todavía los escucho cuando me quedo absorta en el silencio de mi memoria.

Sin embargo, creo que, también en las tinieblas de tu delirio, alguna luz te lleva hacia el piano, y, sin darte cuenta, se deslizan tus dedos, componiendo la más bella partitura como homenaje a tus padres.

Seguramente, esperanzados, te aguardarán en una nueva dimensión, donde no haya dolor ni tortura. Y tú, estarás libre junto a ellos, realizando escalas ascendentes hasta alcanzar lo que aquí has ambicionado: la paz, y la armonía, sin bombas ni violencia.

Con admiración, tu amiga

María

Respuesta (Luis Leante)

Querida María:

Te confieso que tu carta y tu interés por mí me han sacado de este letargo en el que vivo desde hace tanto tiempo. No te descubro nada nuevo si te digo que no paso precisamente por uno de mis mejores momentos. A veces me pregunto si todo lo que me ha ocurrido en los últimos años ha sido real o solo está en mi cabeza.

La cárcel, como bien dices, dejó una huella profunda y dolorosa en mí, pero no fue lo más terrible. No me arrepiento de nada de lo que hice, ni de los hombres que amé, ni de las decisiones que tomé. No me arrepiento de haber dejado la música, ni de renunciar a una carrera que sin duda me habría resultado gratificante. Tampoco me arrepiento de haber querido con toda mi alma a Jaume Molist, aunque eso supuso el origen de mis desgracias. No podemos elegir las personas de las que nos enamoramos, como no se elige a la familia o el color de los ojos. El amor llega de repente y hay que saber que no existe medicina que lo cure. Es una batalla perdida, como también lo fue para Jaume luchar por un mundo más justo.

Con mi agradecimiento por tu carta,

Carlota Rigual


Carta a “LA MADRE” (El minuto interior, de Rubén Martín)
Remitente: Sara Monteagudo

A una madre:

La vida está hecha de momentos, sin duda algunos de los más felices tienen que ver con nuestros hijos, sus sonrisas, sus primeros pasos, nos llenan tanto, queremos tanto a esos seres tan pequeños, que, cuando con el paso del tiempo empiezan a volar, tememos que caigan, que algo salga mal. No es el caso de Rubén: su alma de artista debe hacerte muy dichosa, saber que su poesía transmite paz, serenidad, limando las asperezas de la cruda realidad, que hace a los demás ver la parte más hermosa de las cosas, alegrando a todo aquel que seMadre - El minuto interior acerca a ella.

Saber que es feliz o que al menos dispone de las armas necesarias para luchar contra la brutalidad del mundo en que vivimos, debe darte tranquilidad, porque aquella persona cuyas facultades mentales le permiten convertirse en criatura de la imaginación está un poco más a salvo que las demás.

Porque "nadie como una madre, ríe con las alegrías de un hijo, y llora con sus penas, así recuerdo yo a la mía".

Han pasado cuatro años, pero cada vez que voy a su casa tengo la sensación de que va a estar allí sentada en su sillón, y de que el brillo de sus ojos no se ha apagado.

No sé tu nombre, pero te felicito con todo mi corazón.

Sara

Respuesta (Rubén Martín)

Querida Sara:

La maternidad es un estado hermoso, ser uno en dos cuerpos distintos, pero al tiempo significa haber adquirido un compromiso con la vida y su ciclo milagroso. Todas las madres somos conscientes de ello mientras que nuestros hijos solo piensan en sus cosas y se alejan de nosotras, como si toda la vida fuésemos a estar sentadas en el mismo sillón de siempre, esperándoles. Y quién sabe, puede que así sea, ¿verdad?.

Tus palabras me han emocionado, y me han devuelto la imagen de mi niño pequeño, aquel Rubén de los diez, once, doce años, el que llegaba a casa con su pelo anillado, su balón debajo del brazo y sus rodillas arañadas y manchadas de tizne. Era un niño inquieto y soñador, enamoradizo también. Le gustaba filosofar ya desde bien temprano. Y, cuando era todavía más pequeño, cuando hacía bien poco que había llegado al mundo, ya estaba pensando más allá y me decía entre lloros que él no quería morir nunca, que tenía muchas ganas de vivir. Ahora lo veo enfrente de mí mientras escribe cada tarde. Ha crecido, ha cambiado su balón por una pluma y un tintero, un bolígrafo, un lápiz, o las teclas de un ordenador, pero yo sigo viendo en sus ojos las mismas ganas de vivir que tenía entonces. Eso no ha cambiado. Me pregunto qué escribirá con tanta entrega y dedicación, y quiero preguntarle, pero nunca lo hago, porque siempre me quedo dormida.

Mi nombre es Mª Pilar, y mi hijo dice que huelo a verano.

Muchísimas gracias por su carta.

Un saludo especial.

La madre de Rubén Martín

 


Carta a KATHY (Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro)
Remitente: Toñi Sánchez Verdejo

Querida Kathy:

Kathy - Nunca me abandones¡Huye! ¡Escápate! No permitas que te lleven con ellos. Nada de lo que os han enseñado es justo, digno ni verdadero. Eres un ser humano con todos los derechos y hay leyes que así lo justifican. Tienes alma y corazón y tu cuerpo es sólo tuyo. Completar es permitir que cometan un crimen contra ti. Quiero que seas consciente de que el sacrificio de Tom y Ruth y todos los que has conocido es una atrocidad.

Así que tienes que intentarlo, porque todo lo que te dijeron en Hailsham es mentira. Busca la verdad, sé libre y demuéstralo a los demás. Abre un nuevo camino para demostrar a los donantes que no deben someterse a las donaciones como si fuerais mercancía porque sois seres humanos, todos vosotros, y aunque os hayan clonado, sois diferentes y únicos. No hay que demostrarlo, porque ya lo eres.

Espero que tu vida sea larga y feliz. Que vuelvas a amar y que seas amada y que nunca más suceda algo así en ningún lugar.

Toñi Sánchez Verdejo

Respuesta (Juan Manuel de la Cruz)

Querida Toñi.

¿Quién eres? ¿por qué me dices estas cosas? ¿qué pretendes?... No entiendo nada querida Toñi. No sé de qué me hablas.

Mi dices que huya, pero… ¿huir de qué?, ¿huir dónde?.

He tenido una infancia feliz en Hailsham. He conocido el amor y la amistad: es cierto que tuve algunos problemas con Tommy y Ruth, pero nuestra relación es, ha sido y será muy especial.

No sabría dónde ir. Y más te digo: no quiero ir a ningún sitio, estoy bien aquí. Ayudo a la gente, hago mi trabajo, cumplo con mi obligación. Me recuerdas a la Madame de Hailsham y las cosas raras que decía. Yo sé quién soy y por supuesto sé que soy una persona.

Todavía recuerdo las caras de Tommy y Ruth cuando completaron. ¿Las viste tú, Toñi?, ¿las viste?, ¿acaso tenían dolor o ira?. Reflejaban paz interior y tranquilidad. La misma cara que tendré yo cuando cumpla mi misión y “complete”.

Nunca abandoné a Tommy ni a Ruth y espero que tú, querida Toñi, tampoco me abandones nunca y cuando me llegue el momento de “completar” ojalá estés a mi lado.

Tu amiga,

Kathy


Carta a SALOMÓN, el elefante (El viaje del elefante, de José Saramago)
Remitente: Trinidad Alicia García Valero

17 de mayo de 2013. Albacete.

¿Qué tal mi querido Salomón? Mi carta es para confesarte el puro amor que me embarga cuando evoco tu presencia, esa cachazuda humildad y ternura que envuelven tus casi ocho toneladas; y es que, Salomón, yo admiro la dulzura y la naturalidad de los animales, ¡qué diferencia de la de los hombres!. Que conste, que cuando digo hombre, me refiero también a mujer.

Salomón - El viaje del elefanteDebo decirte, que me enamoré de ti entre líneas, de tu obediencia no servil, de tu inteligencia natural y gran  memoria. Te he visto entre el calor, la nieve y los asombros de los tristes e inocentes mortales que nunca soñaron ver tan hermoso ejemplar. Te diré Salomón, que tus pelos inhiestos te sientan bien y los lunares siempre me resultaron muy eróticos...

¡Ah! Cuantas veces envidio a Subhro porque está cerca de ti. Debo confesarlo, no quiero secretos entre nosotros: admiro igualmente su natural forma de ser y sus desvergonzadas diabluras, al fin y al cabo, inocentes, como sois los dos, hermosamente inocentes, dulces y puros. Servidores de reyes y manejos políticos que os resbalan, compañeros y fieles amigos de vuestros amigos. Tal vez, esa sea la razón de mi amor por ti, o también pudiera ser que anhelo para mí esas virtudes de las cuales carezco, pues soy persona...
De sobra sé que el que lea estas letras pensará que estoy algo loca... más no es así, yo me considero normal, entre comillas, que dirían muchos. Y al que piense que no, le diré que la vida no es sólo lo que se ve, sino todo lo que oculta, ¡qué es tanto...!
Y sin más, amor, recibe mis muchos besos y abrazos de papel que, entre líneas, también llegan al corazón.

Trinidad Alicia García Valero

Respuesta (Ángel Alcaide)

Querida Trinidad:

      ¡Qué alegría recibir tu amable carta! Cómo se nota que amas a los animales. Yo perdóname, pero tengo cierto reparo con los humanos. Nos utilizáis en vuestro beneficio y cuando ya no os somos "útiles" nos hacéis unas cosas, que por respeto a ti, prefiero no enumerar.

      Siento un gran placer en que mi paso por la literatura haya despertado en ti tan nobles sentimientos; me alegro de que seas como manifiestas en tu carta.

      Yo, como has visto, he tratado con personas de toda condición: reyes, príncipes, nobles, guerreros y gentes sencillas del pueblo llano. A pesar de lo diferentes que ellos se creen, yo los he encontrado a todos iguales: orgullosos, soberbios, ignorantes, infelices…, quizá de entre todos ellos salve a mi cornaca Subhro, porque él me entiende mejor que los demás (aunque a veces me golpee con su varita para que haga una ridícula genuflexión) es cariñoso conmigo y se preocupa por mi bienestar.

       Ya que me das la oportunidad de responderte quiero pedirte algo en nombre de mis hermanos los animales: vives en un país donde disfrutáis torturándolos, matándolos entre gran júbilo y regocijo (y a eso lo calificáis de Patrimonio inmaterial). ¿Podrías poner fin a esa barbarie?

       Yo creo que si hubiera muchos como tú, eso sería posible. Por eso agradezco tu carta y levanto mi trompa, agito mis orejas y doblo mi pata, en un cariñoso saludo elefantil.

       Afectuosamente

       Salomón



Carta a EUGENIA (Niebla, de Miguel de Unamuno)
Remitente: Ame Ortiz

Eugenia -NieblaNivola, niebla que envuelve a los personajes y los desdibuja.

Eugenia: creías que te salvarías, que tu Creador te había dado luz propia y a ti no te envolvería la nebulosa.

Moverías los hilos a tu antojo y bailarían al son de tu música: Augusto, Mauricio, tus tíos, Rosario y demás personajes que D. Miguel había creado.

Pero sufres el daño que haces y te conviertes en un ente sin vida, simplemente vas y vienes sin pena ni gloria.

Ni un ápice de protagonismo restas a Augusto. ¡Cómo lucha por su existencia, cómo reta al autor, cómo se convierte en persona y cómo, al fin, yo (simple lectora) ansío que se salve!

Unamuno es el mejor escritor de todos los tiempos, su problema es ”si uno es lo que es y si seguirá siendo lo que es”.

Para Unamuno, esto es lo fundamental, porque según él ,”el resorte de vivir es el ansia de sobrevivirse en el espacio y en el tiempo”. Y a esto se opone la razón.

Ame Ortiz

Respuesta (María Antonia Sanabria)

Querida Ame:

Sigo bajo los efectos de tu carta que es la primera que recibo en mi ya larga vida(?). Estoy confusa... Caminas hacia mí con tus palabras y yo te recibo inmóvil en la quietud eterna de las páginas de esta Niebla en la que habito.

No me juzgues duramente pues soy lo que han querido que sea. Me falta sustancia, consistencia, libertad para actuar de modo distinto a como lo hago. ¿Acaso no te apena que esté condenada a ignorar  mi destino y que haya de permanecer por los siglos de los siglos como un ente de ficción? ¿No te parece que he sido "creada" como la mala, la desleal, la infiel para que hombres tan débiles como Augusto puedan tener entidad? Todo esto me duele; aunque, quizá, lo peor de mi discurrir entre hojas y tinta es que se me niegue la muerte.

Me pregunto a veces, en la soledad infinita de cada libro que no se abre, si SOY o tan solo ESTOY. Creo que SER es otra cosa; pero eso nunca lo sabré.

Esté o sea, aquí seguiré: ven a mí siempre que quieras. Mi respuesta a tu llamada está asegurada. No tendrás que buscarme porque ni puedo escapar de mi destino ni buscar espacios o tiempos distintos.

Te espero por toda una eternidad, a ti y a otros amantes de la lectura como tú. Sin vosotros, apenas estoy.

Gracias, gracias desde el pasado.

Eugenia

PD. Aunque a veces me enfado, te juro que yo también adoro a don Miguel.

 


Carta a OLGA (Donde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro)
Remitente: Begoña Nájera

Querida Olga:Olga - Donde el corazón te lleve

Te he escogido a ti, porque me siento identificada contigo, como  abuela de una adolescente, como madre de un hijo especial y también he vivido un desamor...

Tus cartas, unas me han parecido emocionantes (las cosas bonitas vividas con tu nieta) y otras no tanto. Cuando las cosas no se dicen en el momento, es mejor callar para siempre. Según Saramago "las familias felices, no tienen historia".

Es mejor armonizar las relaciones:  amar, respetar, dar apoyo, cooperación... PERO DARLO, NO ESPERARLO.

Cuando uno se da cuenta de que el amor no es placer, no es deseo, no es ilusión, que las emociones no nos llevan a ninguna parte y nos conducen a la desesperación, HEMOS MADURADO Y SOMOS FELICES, eso nos ha pasado a nosotras.

Para dejarte guiar DONDE EL CORAZON TE LLEVE, tienes que aquietar tus pensamientos, detener la inquietud del cuerpo físico (TE HACES MAYOR, MADURAS, Y ERES ABUELA) y luego volverte suavemente hacia tu Ser interior y cuando te sientas anclado en una GRAN PAZ, decides. Difícil, pero no imposible.

Las emociones deberían fluir encauzadas. No se trata de HACER LO QUE SIENTO, sino de ELEGIR QUÉ HACER CON LO QUE SIENTO.

Muchas veces, no decimos las cosas, por miedo a como se van a interpretar. Quizás por eso, en el comentario de tus cartas, faltó dejarnos fluir.

Como verás, Juan Manuel ha tenido una buena idea al sugerirnos escribir a un personaje de alguno de los libros leídos en el Club de lectura, creo que es el primer comentario que hago...

Preferiría que tu nieta no haya leído las cartas  y que tú te hayas desahogado al hacerlo, pero nada más.

Muchos besos y gracias  por ellas.

Begoña

Respuesta (Mónica García Cabral)

Querida Begoña:

Recibir tu carta me ha colmado de alegría.

¿Sabes?, en estos momentos mis días son grises, siento que mi cuerpo no tiene la suficiente fuerza para emprender cosas nuevas y me refugio en mi jardín, mi fiel Buck y saber que mi nieta algún día volverá a esta casa. Como decía Flaubert: "El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí porque se nos escapa el presente."

Yo me di cuenta tarde de esto. He aprendido que lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en el. Sé que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Es por eso que me decidí a escribir estas cartas.

Como tú bien dices, lo más importante es dar sin esperar; no intentar cambiar a nadie. Limitarnos a iluminar, porque es nuestra luz lo que invita al prójimo a cambiar. No debemos angustiarnos cuando cometamos errores, todos estamos aprendiendo a hacer lo mejor que podemos.

Te deseo un buen recorrido, recuerda que la verdadera felicidad no está en la cima de la montaña, sino en subir la escarpada.

Mi madre me decía que un abrazo es recargar el corazón con los latidos del otro.

Te envío un fuerte abrazo.

Olga


Carta a CARMINA (Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo)
Remitente: Reme Montoya

Carmina - Historia de una escaleraASUNTO: BORRÓN Y CUENTA NUEVA

DE: remediosmontoya@hotmail.com

PARA: carminahija@hotmail.com

Hola Carmina:

¡Hija! Cómo he sufrido desde que saliste en escena, en esa escalera en la que, con la aparición de “Fernandito”, podía intuir el infeliz final.

Esos peldaños que durante treinta años han subido y bajado vuestros padres, dejándose asfixiar por las exigencias sociales de la época.

Solo quiero decirte que no repitas el inmovilismo de tu madre: esperando, esperando y al final desesperando. Tampoco escuches las fantasías de Fernando que son las mismas de su padre.

Qué hubiera sido mejor: ¿luchar por su amor aunque fuera una quimera o lo que hicieron, elegir lo que convenía aunque no se amasen?

Nunca lo sabremos, pero lo que sí es cierto es que su elección hace infelices a ellos y a los que les rodean.

La historia se repite.

Recoge tus cosas, besa a tus padres, sal al 2º rellano, cierra la puerta nº 1 y baja la escalera.

BORRÓN Y CUENTA NUEVA.

Te deseo lo mejor.

Reme

Respuesta (Paco Redondo)

Hola Reme:

El tiempo de mi madre hace tres décadas, dos décadas, el pasado, no es nuestro tiempo. En nuestro futuro veo brillar un destello de esperanza, una esperanza que nos inunda a todos.

Esta escalera sin subida y casi sin salida, estos peldaños de treinta años que han encadenado a nuestros padres, no son los mismos para nosotros, porque podemos “subir” más allá del quinto piso, y tenemos la fuerza para abrir un boquete en esta suerte de cárcel con peldaños y barandilla.

Fernando no es su padre ni yo mi madre, no tenemos nada, nada que ver con nuestros padres, nuestro futuro esta preñado de proyectos en común y, de intenciones sinceras. Y es en la sinceridad de nuestro compromiso donde está la diferencia con nuestros padres, una sinceridad más limpia, más fuerte, y más libre que treinta años antes.

Mi madre no fue sincera y me toca a mí serlo por ella, vivir lo que ella no pudo vivir, romper con el yugo del pasado, y redimirnos a todos.

La historia podemos cambiarla Fernando, yo y tú, haciendo borrón y cuenta nueva.

Gracias Reme por la sinceridad de tu carta y recibe un fuerte abrazo.

Carmina


Carta a SUBHRO (El viaje del elefante, de José Saramago)
Remitente: Mónica García Cabral

EsCornaca Ñandú - El viaje del elefantetimado Cornaca:

Como ves no utilizo un nombre de pila para llamarte, ya que no sé si ese sería Subhro, Joaquín, Fritz, o Pepe como nos gusta en España.

Lo cierto es que te escribo luego de leer y releer el relato donde se ve tu inestimable conducción de un paquidermo por media Europa. Tu gran poder de decisión en cuanto a marchas forzadas o la siesta del mismo y tu enorme sentido común.

Me he enterado que vas de regreso a Portugal. He decidido encomendarte un trabajo digno de un conocedor de animales como eres.

Tengo en mi tierra, que aún no puedo llamar país, pues en el siglo XVI no existía como tal, una pareja de ñandúes que quiero enviar a Munich; para que provean de huevos frescos a mi hijo que vive allí.

En caso de poner huevos durante el viaje, tendrían que llegar sanos y salvos los polluelos, claro está.

Por favor pasa por Albacete y combinamos el monto del encargo y el tiempo que ha de llevarte.

Un saludo.

Mónica

Respuesta (Ángel Alcaide)

Estimada Mónica:

Acuso recibo de tu carta y para empezar por el principio, como todas las cosas bien planteadas, debes llamarme Subhro, pues ese es mi verdadero y único nombre, el que me pusieron mis padres al nacer y por el que me conocieron mis familiares y primeros amigos allí en mi adorada tierra ¡ay! de la India. El otro nombre, que ni siquiera deseo pronunciarlo, olvídalo, me lo puso un archiduque que no sabía nada de mí ni le interesaban lo más mínimo mis raíces. Cosa de príncipes de Europa que se creen el ombligo del mundo.

Mucho me agradaría poder hacerme cargo de tu deseo de enviar una pareja de ñandúes hasta Alemania, concretamente a Munich, donde el Bayern, en donde al parecer tienes un hijo, no sé si trabajando, porque no me lo dices. Si es así, espero que sea de futbolista, que ese sí que es un oficio que da buenos rendimientos y en el que no se necesita ejercitar un músculo llamado "cerebro", tan escaso en los tristes tiempos que nos han de venir, y no trabajando en un "minijob" de esos que ha puesto de moda una moza germana de nombre Ángela y que mucho me recuerda a las condiciones laborales que yo tenía en mi oficio de cornaca.

Si nos ponemos de acuerdo, será un placer llevar tu encargo, nunca he conducido ñandúes, no es animal que viva en mi tierra, pero confío en mi buena mano con todos ellos para cumplir con mi cometido a tu plena satisfacción.

Siempre a tu servicio

Subhro


Carta a TONET (Cañas y barro, de Vicente Blasco Ibáñez)
Remitente: Mª Ángeles Marcos

Albacete, 19 de abril de 2013Tonet - Cañas y barro

Debería comenzar esta carta diciendo: Querido Tonet, deseo que a la llegada de esta carta te encuentres bien... yo estoy bien, gracias a Dios.

Pero no me sale, tal vez porque ya estás muerto, pero no has subido al cielo con tu madre, sino al infierno más profundo, donde están los cobardes que se portaron como tú....
No tuviste agallas para enfrentar una vida digna, como la de tu padre, y apechugar con las consecuencias que supone traer un inocente al mundo, no, tú optaste por lo más vil e inhumano, deshacerte de él arrebatándole la vida.

Tu primer error fue enamorarte de la mujer equivocada: ¿no sabías que a ella sólo le cegaba su ambición por el dinero, ese del cual tu carecías por gandulería?
¡Cuánto hubiera dado yo por haber podido salvar a ese pobre niño y cuidarlo, yo no pude tener más que uno ¡y te odio más por eso!

Da recuerdos si puedes a todos los hombres y mujeres viles y asesinos como tú que están ahí contigo y yo mientras rezaré para que no se repitan tus maldades.

Hasta nunca,

Mari Ángeles

Respuesta (Toñi Caba)

Hola Mari Ángeles:

No me gustan las personas que se entrometen en la vida de los demás y se atreven a juzgar a la gente.

Me dices en tu carta que me odias, lo comprendo, pero no me importa en absoluto. En mi casa tuve el honrado ejemplo de mi padre y de mi abuelo, con sus vidas llenas de trabajo y miseria. Yo no era como ellos.

Me recriminas el hecho de que me enamorara de la mujer equivocada, es posible, pero deberías saber que nadie manda en el corazón ni en la entrepierna.

He pagado con mi vida, la vida que le arrebaté a mi propio hijo.

Estoy en paz.

Quizás algún día nos veamos en el infierno.

Tonet


Carta a JUDIT (La mujer justa, de Sandor Marai)
Remitente: Sara Monteagudo

Judit

Judit - La mujer justaSé que sufriste mucho, todo fue muy difícil, ni siquiera tenías zapatos, a los diez años alguien te regaló unos porque le apretaban demasiado. Sin embargo Peter tenía tantos pares de elegantes zapatos que necesitaban un armario aparte. Aquel armario fue lo que más te gustó cuando llegaste a su casa.

Desde luego, no podría decirte quien tuvo la culpa, la única y cruda realidad es que no hay justicia en el mundo, pero lo que sí te puedo decir es que te quiso desde el primer momento que te vio.

Judit, "pensó él", un nombre bíblico, como si hubieras llegado del pasado, de la otra vida, la eterna, la verdadera. Peter era todo un señor, quería pagar su deuda con el mundo, era mejor que la mayoría de su clase, no era como tantos burgueses orgullosos, que no son capaces de aceptar el regalo del amor, se sentía solo y sabía que eso sería siempre así, a menos que ocurriese un milagro, y para él , tú eras ese milagro.

Te equivocaste, nunca fue tu enemigo, volcaste sobre él toda tu rabia y el rencor acumulados durante años, pero cuando lo viste por última vez en aquel puente, te diste cuenta de que habías perdido algo muy valioso...

Sara

Respuesta (Pilar Ferrandis)

Sara:

Tengo tu carta en mis manos, estoy asombrada de que te hayas preocupado por mí y hayas intentado meterte en mi piel para comprender mis sentimientos y vivencias.

Es cierto que desde niña me faltaron muchas cosas necesarias y esto me hizo sufrir, pero lo que más me dolió fue comprobar la injusticia y desigualdad que existe en el mundo. Por eso, decidí pronto sacar partido de mí misma y de la vida y quizá este empeño y esta lucha me convirtió en una persona llena de contradicciones: deseaba amar y ser amada y al tiempo rechazaba el amor y a quienes me lo podían dar, tú, que me conoces, sabes que acabé mendigándolo.

Peter era un señor, me quiso y me deseó, de una forma un poco platónica y egoísta, como un sueño, buscando llevar conmigo su soledad, pero surgió mi contradicción, quería todo de él y rechazaba todo de él, no me comporté bien, lo confieso, la ruptura fue inevitable ¿mi vida hubiera sido distinta a su lado? No lo sé.

Tienes razón al pensar que el momento más tierno y nostálgico que viví a su lado fue nuestro encuentro en el puente. No sé si supe que había perdido algo valioso, lo que sí supe, es que en lo más profundo de mi ser y a mi manera, lo quería.

Sara, me ha gustado conocerte, creo que me has hablado desde el corazón y queriendo lo mejor para mí.

Hasta siempre,

Judit


Carta a SUBHRO (El viaje del elefante, de José Saramago)
Remitente: Clara Castillo

Perdóname Subhro, mi humilde prosa, tú, que tan acostumbrado éstas al trato con las gentes de alta alcurnia. Pero al llegar a mis manos la historia de tus aventuras junto a tu bien amado elefante Salomón, y a pesar de tantos años sin tener de ti noticia alguna, me ha embargado tal alegría, que he tenido a bien escribirte de inmediato.Subhro - El viaje del elefante

He de reprocharte, no haberme comunicado durante tanto tiempo tu paradero, pero veo por las crónicas, que andas por tierras remotas, lejos de nuestras costumbres y credos. Seguramente, esa lejanía habrá sido el motivo de tu silencio, ”seguramente”.

Veo que sigues siendo un hombre trabajador, que tu misión de cuidar de Salomón, ha sido para ti, el objetivo de tu vida, y que por él te has visto en situaciones comprometidas.

Admiro tu entereza, humildad e inteligencia, pues a veces has dejado de lado tu orgullo, a cambio de que otros se vanagloriaran de su fama.

Creo, Subhro, que te mereces un bien ganado descanso, después de todas las miserias y excentricidades que has soportado de parte de esas gentes egoístas y fanáticas.

Tú eres un buen hombre, un poco “pasota” y algo bobo pero me encantas.

Así pues, deseo que una vez llegues a tu destino recuerdes que tienes un hogar, donde tu esposa espera con impaciencia tu llegada.

Clara Castillo

Respuesta (Ángel Alcaide)

Querida Clara:

Tu amable carta me llena de orgullo y satisfacción (parezco vuestro rey), pero tu prosa no es humilde sino todo lo contrario: es cariñosa, amistosa, cercana y muy humana, al preocuparte por este pobre cornaca que cumplió lo mejor que supo y pudo con su tarea de cuidar y acompañar a Salomón en su largo deambular desde la lejana India hasta los más remotos confines de esta dichosa Europa, que tantos disgustos os ha de dar en los tiempos venideros.

Es verdad que lo último de mis andanzas que tú conoces, no es muy alegre, pues no sólo tuve que asistir con pesadumbre a la muerte de mi buen elefante, sino que tuve que ver con desagrado como fue despedazado y sus patas convertidas en recipientes para colocar a la entrada de palacio en donde poder depositar en ellos todo tipo de artilugios. Los europeos no respetáis nada.

Yo recibí mi soldada y una propina del archiduque y anuncié mi regreso a Lisboa, porque eso es lo que quiero que piense todo el mundo, pero no era esa mi intención, guárdame el secreto, aunque veo que has sido muy perspicaz y casi me has descubierto.

Ya que no me espera nadie, pues no tengo esposa como tú dices, salí muy joven de la India, a no ser que una moza manchega se cruce en mi camino y cambie mi destino, he decidido emigrar al Nuevo Mundo, donde espero que una persona con mi experiencia y conocimiento de gentes, he tratado con tantos y tan variados personajes, que tengo un rico bagaje en el comportamiento humano y creo poder acometer una nueva vida en esas jóvenes tierras, con garantías de un venturoso futuro alejado de reyes y príncipes y más encaminado a disfrutar de mi libre albedrío.

Gracias por preocuparte por mí y por haberme dedicado tu pensamiento.

Afectuosamente

Subhro


Carta al CARDENAL CISNEROS (A la sombra del granado, de Tariq Alí)
Remitente: Nieves Jurado

Cardenal Cisneros - A la sombra del granadoAl Monseñor Cardenal Cisneros:

No se esconda bajo ese hábito de monje que vive en la pobreza, porque, en realidad, Monseñor, el auténtico voto de pobreza lo tiene guardado en su profunda irracionalidad y en su miserable corazón. El alma misma la tiene vacía de cualquier atisbo de humanidad.

No le reprocharé todas las atrocidades que cometió, de eso ya se ha encargado la historia. Sin embargo, como ávida lectora, creyente en la vida sin ataduras de las palabras y amante del conocimiento, sí que voy a condenar su obsesión por destruir y desmantelar la sabiduría islámica, para ello, no dudó en dar instrucciones de quemar todos los libros árabes.

Sí, Monseñor Cisneros, esa fatídica noche se quemaron tesoros de la cultura árabe, colecciones de más de ciento noventa bibliotecas privadas; Manuales de medicina y astronomía, miles de copias del Corán, reflexiones teológicas y filosóficas. Raros y exquisitos manuales de arquitectura y de la vida intelectual en Al-Andalus fueron arrojados por sus secuaces a la voracidad implacable de las llamas. Ochocientos años de la magnífica cultura islámica fueron destruidos. El humo del fuego llenó el firmamento de cenizas como si las estrellas lloraran de dolor, el dolor de contemplar impotentes la sinrazón del fanatismo. Su fanatismo, señor, el mismo que cubrió de negro durante siglos la mente de España y del resto de Europa.

Sin más que añadir por prudencia y contención: una amante incondicional de los libros.

Nieves Jurado Martínez

Respuesta (Juan Manuel de la Cruz)

Sra. Dª Nieves Jurado

Con respecto a su escrito registrado con número 391 de 27 de mayo de 2013 en esta Universidad de Alcalá de Henares tengo que manifestarle una serie de consideraciones que sin duda usted no ha tenido en cuenta tal vez por descuido, tal vez por desconocimiento, tal vez por intoxicación de la propaganda árabe de personas como Tariq Ali o de la organización terrorista Al Qaeda o quizá, tan solo, por mala fe.

Curiosamente escribo este pequeño informe acompañado y asesorado por mi buen amigo Antonio de Nebrija, quien –como recordará- ha redactado la primera gramática española bajo mi tutela y mandato. Y lo redacto en esta magnífica Universidad, pionera en su género, que yo mismo fundé hace apenas unos años en 1499. Me parece inaudito que me acuse de atacar la cultura cuando Castilla nunca ha tenido hasta ahora el auge intelectual y cultural que ahora mismo posee.

Sin duda se refiere usted a la requisa de algunos libros árabes que nos vimos obligados a realizar el 22 de febrero de 1502, después de insistir y retirar por las buenas y con todo tipo de ventajas sociales, económicas y hasta culturales la necesidad de la conversión de todos los musulmanes a la verdadera y única religión. Tuvimos reuniones con los líderes musulmanes y una y otra vez se negaron a un pacto absolutamente vital para la paz y la convivencia en nuestro país. ¿tengo que recordarle cual es la situación actual en Castilla y en el mundo? Es un momento convulso, de reformas y cambios. La rancia nobleza castellana no se atiene a razones, las luchas fratricidas constantes (acabamos de salir de una -¡de otra!- guerra civil) nos desangran, Aragón y Castilla no terminan de entenderse… Es imprescindible la unidad común, un Estado fuerte y sólido y no podemos permitir la disgregación y los enfrentamientos. De esta crisis solo saldremos juntos y unidos (¿no le suenan estos argumentos?) y la razón de Estado no puede consentir la división y reinos de taifas. Un país, un estado, una nación, una religión. Como en toda la Europa moderna, como en los países de nuestro entorno. Así se lo hice ver a los responsables musulmanes, sin éxito.

Para salvar vidas, para salvar mi país y el suyo, para que usted pueda disfrutar siglos después de bienestar y cultura, era preciso algún sacrificio. Sí, es cierto, quemamos algunos libros, pero para empezar no fueron todos, solo los religiosos y de ideas tendenciosas: no se quemó ningún libro de medicina ni botánica, que se incorporaron a esta Universidad de Alcalá. Y, por otra parte, conseguimos una masiva conversión a la auténtica Fe y evitamos enfrentamientos y derramamiento de sangre. ¿Tal vez hubiera preferido otra guerra? El florecimiento de Castilla quedó asegurado con este tipo de acciones, por dolorosas que pudieran parecer.

Como despedida, recordarle que el mayor expolio cultural de toda la Historia de la Humanidad, la protagonizó el Califa musulmán Omar quien hace unos años arrasó total y absolutamente la maravillosa Biblioteca de Alejandría y todo su contenido con el argumento: “Si los libros contienen la misma doctrina del Corán, no sirven para nada porque repiten; si los libros no están de acuerdo con la doctrina del Corán, no tiene caso conservarlos”. Y creo que, siglos después, aunque yo no lo he visto, ha tenido usted ocasión de comprobar cómo han tratado los musulmanes los tesoros culturales en Bagdad o en Afganistán, por no hablar de la situación de las mujeres. Cuestiones que usted olvida y no menciona en su tendencioso escrito.

Atentamente,

Francisco Jiménez de Cisneros.

NOTA.- Paso copia de su carta al alto tribunal del Santo Oficio de la Inquisición por si éste considera que contiene material calumnioso.


Carta a TONO (Cañas y barro, Vicente Blasco Ibáñez)
Remitente: Mónica García Cabral

Tono - Cañas y barroQuerido Tono:

Hace ya un mes de la muerte de Tonet. Dudé mucho en escribirte, me parecía que un dolor así no se puede mitigar con una carta. Pero me he decidido, ya que con mis palabras no intento darte consuelo. Solo quiero expresar mi admiración hacia un luchador incansable como eres tú.

Para mi eres un ejemplo de honradez, modestia, trabajo y valentía. La riqueza de la vida consiste en las pasiones que cada cual cultiva.

No te desalientes, sigue adelante Tono, tú tienes la pasión por tu tierra y tu familia. Aún tienes a tu padre y a Borda.

Un abrazo fuerte.

Mónica

Respuesta (Toñi Caba)

Estimada Mónica:

Agradezco enormemente tu carta. Llevas razón, es un dolor tan grande la pérdida de un hijo, que es muy difícil seguir adelante.

Tengo la sensación de que he malgastado mi vida inútilmente; tratando de proporcionarle a mi hijo un trozo de tierra para que tuviera un futuro mejor que el mío, agotándome en interminables jornadas junto a La Borda, y al final ese trozo de tierra sólo ha servido para dar cobijo a su cuerpo.

He de decirte que, aunque no físicamente, hace mucho tiempo que perdí a mi hijo; pues nunca entendí ni acepté su forma de vida.

Desde muy joven intuí que no estaba hecho para trabajar; que prefería la taberna, el juego, la bebida, las pendencias... y aunque la suerte estuvo de su lado en el sorteo de la Sequiota no la quiso aprovechar. Me duele reconocerlo pero es la verdad.

Siento pena por La Borda, pues vi la pasión con que besaba su boca sin vida y comprendí lo que había sentido por él.

Poco me queda por hacer; sólo desear que llegue la hora de reunirme con él y esperar que pueda sentir a mi hijo en la otra vida más cerca de lo que lo he sentido en esta.

Un saludo

Tono

 



Carta a HÉCTOR ABAD GÓMEZ (El olvido que seremos, de Héctor Faciolince)
Remitente: Pilar Ferrandis

Héctor Abad - El olvido que seremosInolvidable Héctor.

Leí en un periódico, el "Día del Libro", que adentrarse en lo más íntimo de un personaje es viajar con él a lo largo de una navegación imprevisible, al azar de los estados de ánimo, los deseos, el sosiego y la reflexión.

Durante quince días, en mis horas de descanso y silencio, me he adentrado en tu vida, he caminado a tu lado y me he encontrado una persona solidaria y coherente, valiente y arriesgada, generosa e idealista.

Tu vocación, la medicina, tu opción por los más pobres.
Tu meta: la educación y atención sanitaria para todos.
Tu mérito, no retroceder ante las dificultades.
Tu campo de acción, los caminos y pueblos de Medellín.
Tu logro, hacer crecer a tu paso la dignidad humana y la esperanza en un mundo más justo.
Tus enemigos, cómo no, los poderes públicos y económicos.
Tus amigos, los que conocieron, comprendieron y compartieron tu tarea.

Quizá tu muerte, trágica e injustificable, sea la corona de tu obra y la que ha dado mayor valor a tu entrega. Héctor, nunca seremos el olvido, nada se hace para nada, el mal genera mal y el bien genera bien infinitamente. La persona muere, pero su obra queda viva para siempre en la historia de la humanidad.

Mi amigo Juan Manuel me ha dicho que hará llegar esta carta a tus manos, yo sé que llegará a tu corazón y quiero que sepas que conocerte me ha hecho mejor.

Pilar Ferrandis

Respuesta (Juan Manuel de la Cruz)

Mi querida Pilar.

Leer tu carta me ha emocionado y no sé si sabré contestar a tan bonitas palabras y, sobre todo, tan cálidas. Todavía se me hace más difícil escribir estas cuatro letras, porque, donde ahora estoy, he compartido la lectura con tu padre.

- Me ha escrito tu hija, Ramón. Le dije.
- ¿Qué? ¿qué me dices? No puede ser.
- Pues sí, aquí tienes la carta.

El hombre se puso a llorar como un niño cuando reconoció tu letra y temblaba de emoción al pasar sus manos por el papel y la tinta, emborronada casi instantáneamente por sus lágrimas.

Mi querida Pilar, nadie muere del todo. Tu padre y yo pasamos ahora muy buenos ratos recordando batallitas y sabiendo que igual que antes de nosotros hubo mucha gente buena que hizo lo que pudo por los demás, también después de nosotros, la estela ha continuado y son muchas las personas que siguen cumpliendo honradamente con su trabajo, con fe y esperanza. Sois muchos los que no vais a dejar que la rueda se pare y mantener el anhelo y la ilusión de un mundo más justo. No olvides, mi querida Pilar, que la gente digna y honrada, son legión. Los indignos y maliciosos son muchos menos, aunque sí es cierto que hacen mucho ruido.

Alguna vez, es cierto, nos harán daño (¡dímelo a mí!) pero nos levantaremos y seguiremos. Lloraremos junto a los nuestros, pero ni el dolor, ni el rencor, impedirá que sigamos luchando por nuestros ideales. A mí me mataron, es cierto, pero como te decía, "nadie muere del todo" y aquí me ves, escribiendo esta carta. Y todavía más importante, los que estáis ahí todavía, estáis en ello. Sabemos que nuestra aportación no fue en balde y que la llama de la antorcha de la justicia, de la educación y de la dignidad humana sigue en muy buenas manos.
Nunca debemos olvidar a nuestra gente. No debemos sentirnos solos porque siempre encontraremos a nuestro lado gente como tu padre (con quien comparto ahora muy buenos ratos), gente como tú, que hacen la vida más feliz a quién les rodea.

Un fuerte abrazo, mi querida Pilar.


Carta a SUBHRO (El viaje del elefante, de José Saramago)
Remitente: Valentina Carrión

Subhro cornaca - El viaje del elefanteMi querido cornaca o mejor dicho Subhro:

Antes de dar comienzo a mi carta te expongo mis saludos así como deseo que todo el séquito se encuentre bien, yo bien gracias a Dios.

El motivo de mi carta es el siguiente: pues que me dejaste encantada, bueno, enamorada a tu paso por Valladolid; tan morenito, erguido a los lomos de Salomón. Así hubiéramos cruzado los Alpes, cariño mío, yo abrazadita a ti para no tener frío y cogidita en tu regazo surcando las aguas del Danubio.

Sé de tus desavenencias con los Reyes, Catalina de Austria hija de Juana “La loca”… y Juan III de Portugal, al que llaman “El Piadoso” (aunque no lo parezca). También es yerno de Felipe “El Hermoso”, pero el verdadero hermoso para mí eres tú (como dicen en mi pueblo). Yo soy manchega “y con sal” y por nada del mundo quisiera darte una noche de las que llaman por aquí “una noche toledana” (aunque sea de Toledo). Como comprobarás mi apellido es de alta alcurnia, mis primos eran los Condes de Carrión aunque nunca hemos querido saber nada de ellos desde que maltrataron a las hijas del Cid Campeador, Doña Elvira y Doña Sol.

Si aceptas mi proposición me agradaría que me dijeras donde se producirá nuestro próximo encuentro… ¿en tu época? ¿o en la mía? Aunque te advierto que si es en la mía a Salomón no le podríamos dar “paseítos”… pues no estaría a salvo de la escopeta de nuestro monarca.

Deseando verte pronto me despido con un fuerte abrazo, tu enamorada,

Valentina Carrión

Respuesta (Ángel Alcaide)

Distinguida Valentina:

Me llena de sorpresa tu efusiva carta. No imaginaba yo que mi humilde persona te inspirase tan románticas palabras, estoy verdaderamente abrumado por tu amable declaración.

Sí, soy moreno, pero más bien pequeñito y con un pelo casi tan fuerte como el de MI elefante, y digo así MI  elefante con mayúsculas, porque Salomón era mío, ni lo fue del rey Juan de Portugal, el tiempo que nos tuvo abandonados en Lisboa, ni del archiduque Maximiliano desde que nos recibió en Valladolid y nos acompañó en el viaje, lleno de peripecias, que ya conoces, hasta Viena. Yo soy el dueño, a mí me obedece, por mi mano come, a mí es al que mejor conoce y con el que ha recorrido el mundo, desde nuestra ya lejana partida de la India, hasta nuestro último destino en Viena donde tuve la desdicha de verlo morir.

Tan afligido estoy que no me quedaban ni fuerzas ni ganas de experimentar viajes en el tiempo, pero tu carta ha levantado mi ánimo y claro que acepto, mi dulce Valentina, como decís vosotros "¿a quién le amarga un dulce?". Ya sueño con nuestro encuentro, tú tan bella y con tan nobles antepasados y yo tan humilde y sin "pedigree"...  seremos el perfecto complemento para un romance de cuento fantástico.

Así que acepto encantado y sin condiciones.

Tu humilde siervo

Subhro