lunes, 20 de octubre de 2014

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad

 

- ¡El horror!, ¡el horror!

El corazón de las tinieblas - Joseph ConradEstas son las últimas palabras de Kurtz, personaje omnipresente en la novela de Conrad, aunque sólo al final lo conocemos. Y en esas dos palabras subrayadas por la repetición se resume lo que el protagonista, Marlow, encuentra en su viaje remontando el río Congo, en busca del misterioso Kurtz.

Marlow es testigo de las atrocidades que, en nombre de la civilización, cometen los colonizadores blancos (en este caso belgas), contra las tribus indígenas de África (en este caso, del Congo). A medida que la expedición avanza río arriba se va agigantando la figura de Kurtz, al que vamos conociendo por la opinión que otros personajes van dando sobre él.

Quien, en un principio, era solo el agente comercial que más marfil despachaba en dirección a la metrópoli, se va revelando como un personaje poderoso y magnético, el cual ejerce su influencia sobre Marlow incluso antes de haberlo conocido:

“Con ese hombre no se habla, se le escucha.”

Sin embargo, al llegar al puesto de Kurtz descubrimos que éste se ha transformado en poco menos que un semidiós para las tribus indígenas, a las cuales ha sometido con crueldad y violencia.

El periplo de Marlow al corazón de la selva primitiva y salvaje se convierte así en un descenso a los infiernos, en un viaje a las tinieblas, a los instintos más primarios, que todavía anidan en el corazón de los seres humanos, animales al fin y al cabo, recubiertos solo por una fina capa de civilización que puede desvanecerse fácilmente en circunstancias extremas.

 

--> Biografía de Joseph Conrad, en la Wikipedia

--> “El corazón de las tinieblas es el corazón del hombre”, por Malva Flores; y "Sobre El corazón de las tinieblas”, por Ignacio Arellano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnífico yclaro resumen del libro.

¡,El horror, el horror!