martes, 19 de noviembre de 2013

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson



El propio autor describe esta novela como “inteligente y muy estúpida”:
 
 
Será lo que sea, pero el caso es que Jonasson ha vendido más de 6 millones de ejemplares en todo el mundo, contando las peripecias de este centenario que, al estilo de Forrest Gump, se las ha apañado para estar presente, sin pretenderlo, en muchos de los sucesos históricos del siglo XX. Estar presente… cuando no provocarlos directa o indirectamente.
 
La novela relata las aventuras de Allan Karlsson, quien, el día de su centésimo cumpleaños, decide huir de la residencia en la que vive internado. Por azar, roba una maleta repleta de dinero a un miembro de una banda criminal, lo que da pie a una disparatada huida en la que se irá encontrando con otros personajes no menos pintorescos.
 
En paralelo, Jonasson nos narra la inverosímil vida de este singular anciano, cuya filosofía  se resume en la frase:
 
“Las cosas son como son, y así seguirán siendo”
 
Su amor por el aguardiente, su desprecio por las ideologías y la política, su extremada cortesía y sinceridad, y sus conocimientos en explosivos completan la caracterización del personaje. El autor se sirve de Karlsson para recorrer la Historia del siglo XX en un tono de humor (el principal ingrediente de la novela), no exento de crítica.
 
Se trata de un libro ligero, entretenido, aunque, a mi juicio, decae bastante al final. Desde luego, consigue arrancarnos la sonrisa en ocasiones, aunque tampoco se puede decir que sea un libro hilarante. Para mí, ni tan inteligente, ni tan estúpido.

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