"Soy un investigador privado con licencia y llevo algún tiempo en este trabajo. Tengo algo de lobo solitario, no estoy casado, ya no soy un jovencito y carezco de dinero. He estado en la cárcel más de una vez y no me ocupo de casos de divorcio. Me gustan el whisky y las mujeres, el ajedrez y algunas cosas más. Los policías no me aprecian demasiado, pero hay un par con los que me llevo bien. Soy de California, nacido en Santa Rosa, padres muertos, ni hermanos ni hermanas y cuando acaben conmigo en un callejón oscuro, si es que sucede, como le puede ocurrir a cualquiera en mi oficio, y a otras muchas personas en cualquier oficio, o en ninguno, en los días que corren, nadie tendrá la sensación de que a su vida le falta de pronto el suelo".
(El largo adiós, Raymond Chandler – 1953)
Con estas palabras se define a sí mismo el detective Philip Marlowe en una de las novelas de la serie más conocidas. Quitando la pasión por el ajedrez, todas las características que cita aparecen ya en la novela que hemos leído esta quincena, Adios, muñeca, publicada en 1940.
Efectivamente, Chandler construye un personaje que ha pasado a ser un arquetipo de detective: solitario, cínico, mujeriego y bebedor de whisky, pero, al mismo tiempo, honesto. Valiente, pero no violento.
Lo mejor de Adiós, muñeca (no voy a decir de Chandler, porque es la primera novela suya que leo), son sus diálogos agudos y cínicos. La trama detectivesca no es la mejor que se ha urdido, esa es la verdad. Pero el personaje de Marlowe, su ironía, y la descripción de la corrupción y los ambientes sórdidos de la ciudad de Los Ángeles, compensa todo lo demás.
En la lista de novelas protagonizadas por Philip Marlowe destacan títulos como El sueño eterno (1939) y El largo adiós (1953), ambas llevadas al cine, y no son las únicas. En el cartel que he puesto al principio podéis ver a Robert Mitchum encarnando a nuestro detective en la versión de Adiós, muñeca. El otro gran Marlowe fue Humphrey Bogart, al que podéis ver en este fotograma. Difícil decidirse por uno de los dos, ¿verdad?.
RAYMOND CHANDLER
Participó en la I Guerra Mundial, se caso con una mujer 18 años mayor que él, fue periodista, ejecutivo de una empresa petrolífera, empleado de banco… Tuvo problemas con el alcohol e intentó suicidarse varias veces. Podéis leer aquí una biografía completa:
1 comentario:
Hummm, qué buena definición del detective Marlowe. Yo me quedo con Bogart y su eterno cigarrillo. Me gusta el personaje, que sea tan duro y tan honesto y también que se meta en líos sin tener por qué...
Es también la primera novela que leo de chandler pero no será la última. Me ha gustado por las razones que comentas: el diálogo y sobre todo, el personaje.
Un abrazo. Nos vemos el martes en la Tertulia.
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