miércoles, 1 de diciembre de 2010

La muerte de Iván Illich, de León Tolstoi

 

Retrato de León Tolstoi (1887)

Leyendo La muerte de Iván Illich me ha venido a la memoria esta cita, que se me quedó grabada cuando vi la película El club de los poetas muertos:

Fui a los bosques porque quería vivir a conciencia,
quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida.
Olvidar todo lo que no fuera la vida,
para no llegar a la muerte descubriendo que no había vivido.

Eso, precisamente, es lo que le ocurre a Iván Illich: en el momento de enfrentarse cara a cara con la muerte, se da cuenta de que no ha vivido, o más bien, cree que su vida no ha sido como debería. Ambas certezas, la de estar ante la muerte y la de no haber sabido vivir, son terribles.

Henry_David_Thoreau Rápidamente, busqué en Internet el nombre del autor de la cita de marras, y aquí empezaron mis sorpresas. El autor es Henry David Thoreau, escritor, poeta y filósofo estadounidense, contemporáneo de Tolstoi. Thoreau, de ideas anarquistas, es autor del tratado La desobediencia civil, en el que defiende el pacifismo y la no violencia.

La lectura de este ensayo tuvo gran influencia en León Tolstoi y en Mahatma Gandhi. Tolstoi y Gandhi mantuvieron una larga correspondencia. Tanto Tolstoi como Thoreau influyeron notablemente en Gandhi, sobre todo con el concepto de resistencia no violenta.

Hay más coincidencias en las vidas y forma de pensar de Tolstoi y Thoreau. Podéis ampliar información sobre sus vidas en estos dos enlaces de la Wikipedia:

-> Wikipedia: León Tolstoi

-> Wikipedia: Henry David Thoreau

Volviendo a la novela, pienso que se trata de una obra que nos hace reflexionar. Resulta imposible leerla sin ponerse en la piel de Iván Illich y preguntarse qué pensamientos nos asaltarían a nosotros en su situación. Pero la novela no solo (sin tilde, según la nueva ortografía ;-) habla de la muerte. También encontramos temas como la soledad, la angustia vital o el sinsentido del dolor y del sufrimiento.

¿Qué opináis?

3 comentarios:

Diente de león タンポポ dijo...

Lo primero, feliz hallazgo de esa cita. Sí, es terrible que Iván Ilich llegue a esa conclusión (y espero que no nos pase a los demás lo mismo) cuando está agonizando.

Un libro que es imposible dejar de leer, absorbida por el drama personal de su protagonista ... sobre todo me sobrecoge cómo la enfermedad lo aleja de ese mundo que él considera perfecto y que poco a poco se desmorona, cómo se hace insoportable para su mujer y su familia... sin nadie que le comprenda más que ese amable criado (me recuerda también un momento en la película Crash en la que la señora de la casa, Sandra Bullock, le dice a su criada que es su mejor amiga, cuánta soledad ¿verdad?)

Aprender la lección: hay que vivir lo más de acuerdo posible con el corazón porque ciertamente, aquí tenemos para un corto paseo y nunca sabemos cuándo nos tendremos que bajar del tren.

Espero que disfrutemos de una buena tertulia.

Un abrazo.

Nieves dijo...

A mí no me ha dado tiempo a leer entero este libro, cuando fui a la biblio a sacarlo no estaba y saqué el siguiente "El sol de los Scorta" que me ha gustado bastante y que ya comentaré en su momento. De "Iván Illich" he podido leer el principio y el final, para poder tener más o menos una idea general.Primero, Antonio, como siempre, una entrada muy buena, estás en todo. Segundo, Tolstoi escribe de p.m. o dicho finamente, genial, describe las situaciones de una manera tan real que incluso podemos sentir el dolor y la soledad del protagonista. Cuando sea mayor quiero escribir como él, entre otros...
Respecto al tema de la novela, desde luego nos hace reflexionar. La muerte es un tema recurrente en la literatura, porque es tan incontrolable que nos da miedo a la vez que nos atrae. Parece algo lejano, pero no lo es tanto. Es terrible la soledad del moribundo, y, como en la novela, más terrible si va acompañada del sufrimiento de una enfermedad terminal. Es curioso, nacemos y, muchas veces, morimos llorando, incluso se podría decir que en ambos actos se sufre. Yo creo que aunque no se muera de enfermedad, en el último segundo de vida, incluso si se está durmiendo, te das cuenta de que te mueres, y ese segundo debe ser muy fuerte, porque sabes que todo termina y que ya no habrá segundas oportunidades, se acabaron las repescas, y eso debe ser lo más doloroso, pensar que aún te han quedado cosas por hacer, decir,sentir, oír, vivir, amar, soñar, ver...Por ello pienso que hay que vivir el presente acorde con nosotros mismos, disfrutando de todo y de todos los que nos rodean y sin pensar en lo que hicimos mal o en lo que deseamos hacer en un futuro. El futuro no existe. La muerte es ese ser autoritario que irrumpe en nuestras vidas con una patada en la puerta, de nada sirve resistirse. Vivamos lo mejor posible mientras tanto, porque la vida nos da mucho y nosotros podemos darle también a ella.
Un saludo.

Tarsicio dijo...

Como siempre muy buen artículo en este entretenido blog, además con la introducción de Toñi me enteré de mucha más información sobre Tolstoi que mi ignorancia desconocía y me sorprendió mucho su actitud de vida, además en una nota que leí casualmente en un periódico, la iglesia ortodoxa no celebraba su centenario porque lo acusan de ser el cerebro del asalto al palacio de invierno, en 1917!(es que León era muy heterodoxo jeje) y también que cada dos años se reunen en Bs.As Argentina (¡!) los descendientes, todos los Tolstoi del mundo, para homenajearlo :( eso me pasa por no leer los clásicos) saludos.