Según indican los
nuevos creadores, el rojo es tendencia. Se impone como el color indiscutible de
la temporada. Supone una apuesta segura con la que conseguir impactar.
Así, con ese
tono vibrante, intenso, atrevido y atemporal que a nadie deja indiferente, nos sumamos
a esta insinuante propuesta para vestir de radiante actualidad a la
protagonista de la Tertulia, la archiconocida "caperucita". Y sin
duda, apostamos con acierto, porque el personaje en cuestión ni pasó
desapercibido ni tampoco defraudó. Eso sí, lejos de la ingenuidad de esa frágil
pequeña que todos recordamos en aquella mítica fábula de nuestra infancia,
Francisco Nieva nos sorprende con una "Caperucita y el Otro" adulta,
casi feroz; describe a una mujer de "rompe y rasga" que, inmersa en
el laberinto de los deseos, se adentra en el peligroso bosque de las pasiones
hasta dejarse perder en él.
Los fuertes ingredientes
mezclados en el guión aderezaron el talante de los comentarios y opiniones.
Todo dispuesto para degustar un apetecible "3 en 1" servido en forma
de trilogía, como plato fuerte y principal. Amena la reunión y sugerente el
argumento. Una tarde de contrastes salpicada de curiosidades varias, retratadas por un experimentado
anfitrión con sobradas tablas en este arte, que contribuyeron a poder conocer y
saborear el teatro de Nieva en estado puro. Más teniendo en cuenta el enlace
argumental planteado entre la mencionada obra y otras dos del mismo autor: “Te
quiero zorra" y "Corazón de arpía".
Creando
continuidad en la lectura de todas, se consigue conexión en la trama.
Progresivamente, se percibe como el rojo inicial que caracteriza a Caperucita
gana en intensidad y a medida que afloran sus instintos más básicos y
primarios, sufre una inesperada transformación en Zoe. Se produce en el
personaje una mutación, un “fantástico y brutal" cambio físico que le hace
perder forma humana y adquirir rasgos salvajes. Cuando sus impulsos se
convierten en irrefrenables no hay vuelta atrás, lo animal vence sobre lo
racional. Desde este momento, la evolución va en aumento y culmina con la
aparición de la mujer arpía, una figura cargada de erotismo y gran atractivo
sexual. La alegoría toma una dimensión grotesca y transgresora que, a la vez
que atrapa, crea un sentimiento de repulsa y rechazo. Todos estos elementos
unidos a la constante simbología mitológica y mágica contenida en el texto,
permiten una lectura rompedora y no convencional, que me resultó tan chocante y
entretenida como incomprensible, por momentos.
Haciendo repaso
del texto, me planteo qué porcentaje de estos tres rocambolescos personajes se
oculta y late en nuestro interior y me pregunto hasta qué punto conviene huir
de la discreción y elegir un peculiar estilo de vida "animal print” o si es preferible seguir luciendo ese
tradiciónal atuendo que llena y bloquea nuestro fondo de armario.
En cualquier
caso, si como apuntaba al principio de este comentario el rojo supone un reto arriesgado,
aunque acertado, este será sin duda el color elegido para asistir como espectadora
a la próxima representación. Por supuesto, es obligado evitar el amarillo, como
es de rigor y marca la tradición. ¡Ea!...
EA Teatro, me refiero, con su innovadora y personal puesta en escena nos
dará todas las claves para un mejor y completo entendimiento, sin olvidar algo
esencial tanto en la comedia como en la vida: ¡EL DIVERTIMENTO!
IRENE
No hay comentarios:
Publicar un comentario