domingo, 22 de mayo de 2011

Adiós, muñeca, de Raymond Chandler

 

Robert Mitchum en Adios Muñeca

"Soy un investigador privado con licencia y llevo algún tiempo en este trabajo. Tengo algo de lobo solitario, no estoy casado, ya no soy un jovencito y carezco de dinero. He estado en la cárcel más de una vez y no me ocupo de casos de divorcio. Me gustan el whisky y las mujeres, el ajedrez y algunas cosas más. Los policías no me aprecian demasiado, pero hay un par con los que me llevo bien. Soy de California, nacido en Santa Rosa, padres muertos, ni hermanos ni hermanas y cuando acaben conmigo en un callejón oscuro, si es que sucede, como le puede ocurrir a cualquiera en mi oficio, y a otras muchas personas en cualquier oficio, o en ninguno, en los días que corren, nadie tendrá la sensación de que a su vida le falta de pronto el suelo".

(El largo adiós, Raymond Chandler – 1953)

Con estas palabras se define a sí mismo el detective Philip Marlowe en una de las novelas de la serie más conocidas. Quitando la pasión por el ajedrez, todas las características que cita aparecen ya en la novela que hemos leído esta quincena, Adios, muñeca, publicada en 1940.

Efectivamente, Chandler construye un personaje que ha pasado a ser un arquetipo de detective: solitario, cínico, mujeriego y bebedor de whisky, pero, al mismo tiempo, honesto. Valiente, pero no violento.

Lo mejor de Adiós, muñeca (no voy a decir de Chandler, porque es la primera novela suya que leo), son sus diálogos agudos y cínicos. La trama detectivesca no es la mejor que se ha urdido, esa es la verdad. Pero el personaje de Marlowe, su ironía, y la descripción de la corrupción y los ambientes sórdidos de la ciudad de Los Ángeles, compensa todo lo demás.Humphrey Bogart en El Sueño Eterno

En la lista de novelas protagonizadas por Philip Marlowe destacan títulos como El sueño eterno (1939) y El largo adiós (1953), ambas llevadas al cine, y no son las únicas. En el cartel que he puesto al principio podéis ver a Robert Mitchum encarnando a nuestro detective en la versión de Adiós, muñeca. El otro gran Marlowe fue Humphrey Bogart, al que podéis ver en este fotograma. Difícil decidirse por  uno de los dos, ¿verdad?.

RAYMOND CHANDLER

Participó en la I Guerra Mundial, se caso con una mujer 18 años mayor que él, fue periodista, ejecutivo de una empresa petrolífera, empleado de banco… Tuvo problemas con el alcohol e intentó suicidarse varias veces. Podéis leer aquí una biografía completa:

-> Biografía de Raymond Chandler en la Wikipedia

martes, 10 de mayo de 2011

Quattrocento, de Susana Fortes

 

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La penúltima obra que leemos este curso sigue la moda, un poco trillada ya, de mezclar sucesos históricos, algunos reales y otros inventados, con una trama de personajes en el presente.

En Quattrocento, Susana Fortes nos lleva a la Florencia de los Médicis, en el siglo XV, mientras que la trama actual se desarrolla en 2005, poco antes de la muerte del Papa Juan Pablo II.

Fortes es historiadora y se nota en el cuidado con que describe los lugares y los hechos históricos, la Florencia de ayer y la de hoy. Sin embargo, poco más me ha gustado de esta novela. Todo me suena a ya leído: intrigas con la Iglesia como protagonista, mensajes ocultos en cuadros (cuadros que, además, no existen), logias masónicas… Nada nuevo bajo el sol.

Duque de Urbino (perfil bueno)

 

Como curiosidad os dejo esta ilustración: se trata de un retrato del Duque de Urbino (éste sí que existe, menos mal). También es real que la pérdida del ojo derecho y una cicatriz en la misma parte del rostro le desfiguró la cara de tal forma que, desde entonces, no permitió que se le retratase salvo mostrando el perfil izquierdo. El perfil bueno. ¡Cómo sería el malo!